Delfos, el oráculo de la adivinación, se encuentra bajos dos peñascos gigantescos, los Fedriades, sobre el impresionante acantilado del monte Parnaso, allí fue fundado en la antiguedad el famoso oráculo de Delfos, lugar de adoración de Apolo, dios de la armonía y de la música, guardián de las leyes sagradas de Zeus. Para los antiguos, Delfos era el centro del mundo, el llamado “ombligo” de la Tierra. Además, antes de Apolo, según cuenta la mitología, el oráculo perteneció a la diosa Gea y era guardado por el dragón Pitón. que Apolo tuvo que matar para conseguir dominar la región.
Desde un principio el oráculo de Delfos adquirió gran influencia en todo el mundo conocido de aquellos tiempos. Los vaticinios de la sacerdotisa de Apolo, cuyo nombre era Pitonisa, influían notablemente en la toma de decisiones individuales y a veces tenían una enorme repercusión en la historia de las ciudades y Estados de la antigüedad.
La consulta del oráculo
Inicialmente la consulta del oráculo sólo se podía hacerse una vez al año, el séptimo día del antiguo mes Bisio, más tarde cada mes, a excepción de los tres meses de invierno, durante los cuales, según la tradición, Apolo viajaba al místico país del Polo Norte y dejaba como protector y guardián de su santuario a Dionisio. Los fieles pagaban al oráculo un impuesto especial, ofrendaban sacrificios y después lo consultaban.
La Pitonisa y la sacerdotisa hacían sus abluciones en la fuente de Castalia, cerca del santuario antes de dirigirse al lugar más recóndito del templo. La Pitonisa se sentaba en un trípode de bronce sobre una abertura hecha en el suelo, masticando hojas de laurel y respirando los vapores de la tierra. Entonces el dios hablaba a través de ella en una lengua incomprensible que escuchaban e interpretaban las sacerdotisas. Con frecuencia las respuestas eran imprecisas y ambiguas, pero nadie cuestionaba el juicio del dios.
Tesoros para albergar las ofrendas
Además de las estatuas, las ciudades dedicaban al dios tesoros para albergar las ofrendas en forma de pequeños templos, donde destaca El Tesoro de Sifnos, un templo jónico de mármol, era especialmente lujoso. Fue construido en el 525 a.C., como agradecimiento a Apolo por las minas de oro y plata que habían en la isla. Uno de los edificios más importante que se encuentran en la Vía Sacra es el Tesoro de los atenienses que actualmente ha sido restaurado. Fue ofrecido en 508 a. C. En una plaza triangular, frente al tesoro de los atenienses, se colocó el botín obtenido en la batalla de Maratón. Más al norte se encontraba el Buleuterio de Delfos y la Roca de la Sibila, donde la antigua sacerdotisa de Gea comunicaba los oráculos.
Que ver en Delfos
Son innumerables los lugares que se registran en la historia en el imponente monte de Delfos. Se puede visitar el Templo de Apolo, un santuario que estaba rodeado por un muro que fue construido en el siglo VII a. C. Parte del pórtico principal. La Vía Sacra, sendero que se dirigía al templo de Apolo, su recorrido estaba decorado con innumerables ofrendas. El Ágora del periodo romano lugar donde se levantaron valiosas estatuas en memoria de las victorias militares de los arcadios. La Roca de Leto donde Apolo con su madre Leto, mato al dragón Pitón. Esfinge de los Naxios (650 a. C.) Una columna jónica coronada por una esfinge. El Santuario de Atenea Pronaia. El segundo santuario de Delfos en importancia. El Gimnasio (330 a.C.). La Fuente de Castalia Fue construida en los siglos VII – VI a. C. El Museo de Delfos, compuesto por doce salas de exhibición, con una innumerable muestra de representaciones del que hacer de Delfos, frisos, estatuas, objetos metálicos, esculturas, etc. La pieza más importante del museo es la estatua de Auriga, que provienen de un carro de combate y es una ofrenda de Polizalo, por su victoria en los juegos de Píticos en el 474 a.C.
Recorrer este sitio arqueológico, nos traslada a unos de los lugares más importante en la toma de decisiones de los tiempos antiguos. El lugar es adornado por las mismas rocas, testigos de esos acontecimientos celebres, que hoy tratamos de buscar explicación a través de la historia. Es de esos lugares griegos donde se confunde la mitología con la realidad.
Delfos se encuentra a dos horas y media de Atenas.