Dodona es una de las zonas más antigua y sagradas de Grecia. Fue poblada en el tercer milenio a. C., y hacia el siglo XIII a. C., se establecieron en su territorio elios y selios, pertenecientes a la tribu de los tesprotorios. Los selios que veneraban a Zeus fundaron el oráculo de Dodona, el más antiguo de Grecia. Antes de Zeus, en la región se adoraba a una deidad terrenal prehelénica que, después de la llegada de los primeros griegos, sobrevivió con el nombre de Dione (esposa de Zeus).
El santuario del oráculo de Dodona estaba ubicado en la parte noroeste de Grecia, en Epiro, al sudoeste de Ioannina. En medio de un estrecho valle cerca del monte Tomaros, a 600 metros sobre el nivel del mar. Solía ser de fácil acceso y probablemente fue el oráculo más antiguo y más prominente en el antiguo mundo griego.
Los oráculos de Dodona se comunicaban a través de los selios, quienes nunca se lavaban los pies y dormían siempre en el suelo, para absorber así la fuerza de la tierra. La comunicación de los oráculos se realizaba de tres manera, siempre sonoras. Los selios interpretaban el murmullo de las hojas de una encina sagrada que estaba junto al templo y el vuelo de las palomas del santuario. A partir del siglo VIII a. C., hubo además, alrededor de la encina de Zeus, un muro de calderos de bronce que estaban en contacto entre sí y que sonaban si alguien golpeaba uno de ellos. Estos sonidos podían comunicar los oráculos. En la segunda mitad del siglo IV a. C., sólo se conservó uno de los calderos en el espacio del oráculo, y los habitantes de Corfú instalaron en el santuario, una estatuilla de bronce de un niño que sostenía un látigo. El sonido del oráculo que después sería interpretado, se generaba cuando el viento hacía golpear el látigo con el caldero.
Dodona permaneció bajo control de los tesprotios hasta el siglo V a. C., cayendo más tarde en mano de los molosos. El santuario de Zeus incluía originalmente el templo consagrado al dios (Casa Sagrada), con los calderos y la encina, además de un edificio destinado al alojamiento de los sacerdotes.
En la segunda mitad del siglo, el espacio fue amurallado y la Casa Sagrada quedó rodeada por un muro. Pero la mayor actividad arquitectónica se llevó a cabo durante la época del rey Pirro (297-272 a. C.). Fue entonces cuando se construyó en tres de los lados de la Casa Sagrada un muro de columnas jónicas, y un templo jónico dedicado a Ártemis y Afrodita, el templo dórico de Hércules, el Buleutereion, el Pritario y el teatro de Dione, de dimensiones monumentales, en el que actualmente se realizan representaciones teatrales.
En el 219 a. C., la Liga Etolia saqueó el santuario, pero en el 218 a. C., los épicos vencieron a los etolios y repararon los templos destruidos. La Casa Sagrada adquirió un templo próstilo, al teatro se le agregaron dos propileos jónicos y un proscenario también jónico y el Pritaneio fue ampliado con un nuevo conjunto de edificios. Simultáneamente se construyó un estadio en donde se llevaban acabo los juegos en honor a Zeus y un templo dedicado a Dione.
En una época temprana los mitos griegos de sus orígenes comenzaron a desaparecer, y luego a la dificultad se acceder al área, así como la ausencia de consultas al oráculo por parte de gobernantes, la primacía del Oráculo de Dodona comenzó a desaparecer, dando lugar al oráculo de Delfos, cuyas consultas por parte de gobernantes lo había convertido en un centro religioso de gran influencia política y diplomática.
En el 167 a. C., Dodona cayó bajo el poder romano, pero no fue interrumpido el funcionamiento del santuario. En el siglo V d. C., al este del templo de Hércules, se construyó una basílica paleocristiana, prohibiéndose el culto pagano en favor del culto cristiano. La basílica fue reconstruida en el siglo VI d. C., en la época de Justiniano. En la zona arqueológica se conservan las ruinas de todos los edificios del santuario y se ha sembrado una encina en el lugar en el que se encontraba el árbol sagrado de Zeus.
El sitio arqueológico se encuentra rodeado por una zona de montes y colinas, que son muy bien adornados por un color verdoso intenso, que la naturaleza en Grecia se encarga de llenar de colores. Se respira un aire puro de montaña y se puede percibir aún el ambiente místico que una vez generó en el lugar el Oráculo de Dodona. Con una visita guiada por especialistas seguirás descubriendo acontecimientos llenos de historias y cultura.